UNA VIDA HECHA TERNURA, ACOGIDA Y SERVICIO
Nuestra querida hermana, Adela de Arriba Martín, se nos fue a la casa del Padre, la tarde del 16 de marzo, como había vivido siempre, sin ruido, sin llamar la atención.
Había nacido en Linares de Riofrio (Salamanca) el 4 de octubre de 1928.
De España fue destinada a Perú, estando allí 10 años participando de distintos proyectos y hacia el año 1970 pasó a Colombia. Estuvo en Comunidades de Bogotá, Hato Corozal y Medellín. 50 años en tierra colombiana de trabajo fecundo, alegre y fiel.
El Señor quiso llamarla a su presencia para concederle celebrar con El, la fiesta de San José a quien amaba profundamente.
Sencilla, humilde, trabajadora, sacrificada, una verdadera Sierva de San José, ponía el alma en todo lo que hacía.
Quienes tuvimos la dicha de trabajar codo a codo con ella en las distintas comunidades conocimos el gran amor que tenía a su vocación y a la Congregación. Siempre recordaremos su sonrisa amplia, su semblante bondadoso y su gran laboriosidad.
¡Gracias Adela por enriquecer nuestra vida con tu presencia!
Testimonios que llegaron:
“Muchos sentimientos después de despedir a la servicial y bondadosa Adela de Arriba. Entre esos sentimientos, veo su invaluable generosidad, su gran humildad, su alegría, su oración y su amor por el trabajo bien hecho.
A su vez descubro que esos sentimientos desencadenaban mucha paz y serenidad en todas las personas que tuvimos la alegría de conocerla. Con gozo en el corazón, y en medio de la tristeza que me causa su partida, puedo decir que fue un privilegio vivir a su lado y conocerla en momentos de fragilidad, porque en ella y en sus buenas acciones, entendí el significado del amor incondicional y del trabajo bien hecho. “
“En su vida descubrí que a Dios se le ama con acciones bondadosas y no solamente con palabras bonitas.
Ella para mí fue una Maestra de amor y de servicio. Nunca, nunca en mi vida la voy a olvidar. Gracias Adelita por ser mi amiga y mi hermana del alma. “
“Hoy las hermanas estarán despidiendo a la hermana Adela, quien falleció el día de ayer en horas de la tarde. Como grupo las acompañamos de todo corazón y les decimos que somos muchas las personas que agradecemos que haya mujeres como ustedes, entregadas hasta el último momento de sus vidas al servicio y a la comunidad. La hermana Adela ya está ante la presencia del señor y contribuyó con su amor y obra al legado de esta congregación bien llamadas misionera. Hermanas un cordial saludo y estamos con ustedes (laico/as Josefina/os)”
“Con todo el agradecimiento, los recuerdos llenos de ternura, delicadeza y respeto, con la convicción que fue un gran referente en la fe y en el carisma, con el agradecimiento por su escucha prudente y oportuna, por su sonrisa que nos daba siempre como el mejor regalo, despedimos hoy a la madre Adela y acompañamos a las Siervas con todo el corazón.”
Comunidad-Taller Centro
Medellín